Allí estaba de nuevo.. pese a los fracasos anteriores, estaba dispuesto a volver a intentarlo.
Había llegado hacía poco a este país.. 'primer mundo' lo llaman.. "esto está lleno de burros" pensaba él amargamente. Había pasado de un sitio en que la pobreza y el abandono imperaban para venir aquí.. a un sitio donde lo que imperaba eran los chiflados violentos..
Por un momento esa idea, esa nostalgia le invadió y pensó en abandonar su propósito, se sentaría en algún lugar bien oculto de las miradas de los demás a dejar que sus recuerdos volvieran a invadirle. Siempre le había gustado pensar que sus recuerdos le ''llovían", llovían cuando recordaba el tacto arrugado y áspero de las manos de su abuela, llovían cuando olfateaba esa pastelería que había en el bajo de su casa allá en su tierra.. y de tanto llover acababa inexplicable empapado de arriba abajo y con un picor extraño en la nariz.
¡Pero no era momento de eso! tenía que llevar a cabo su plan, lo tenía todo pensado y bien planificado, llevaba semanas esperando que se alinearan los planetas a su favor y este iba a ser su día.
Cuando ella salió del edificio, le pareció ver a una de esas de los cuentos que le contaba su abuela.. (otra vez pensó que le lloverían los recuerdos). Desechó esos pensamientos para poder mantener la compostura.
La observó de lejos.. hoy estaba sola, su mejor amiga estaba convenientemente resfriada y eso le daba a él la oportunidad perfecta.
Se acercó lentamente, ella era más joven que él, pero eso le daba igual.. Vestía de oscuro, (¿góticos los llaman aquí?) pero eso no le impedía ver lo preciosa que era ella. Sabía que era especial, no por vestir raro (a su forma de pensar), sino porque no era como las demás. Sin dudarlo, lo que más le gustaba de ella..
Contacto visual, (glups, llegó el momento..) él se acercó a ella, la tomó de la mano suavemente y le indicó que la siguiera. Ella le miró con desconfianza, pero como era una chica diferente a todas las demás, le siguió con una pasito de curiosidad y otro de indiferencia..
Caminaron hasta el lugar previsto, todo estaba preparado y dispuesto, había trabajado duro para tenerlo todo listo.. Se agachó en un lugar del descuidado cesped y apartó una serie de hojas que ocultaban la sorpresa a ojos del mundo, y que sólo mostraría para ella..
Dispuesto sobre un mantel improvisado de hojas secas, cuencos fabricados con papel de revista adornos de mesa y dentro de los recipientes, el delicioso manjar.. (que no sabía cómo había podido resultarle repulsivo a las demás...)
Ella, como era una chica diferente a todas las demás, aceptó un cuenco de papel, tomó una hormiga con curiosidad por una pata e imitando a su anfitrión, se la comió..
En ese preciso momento, a sus 5 años de edad, en el recreo de preescolar, él supo que ella era su chica, esa chica especial con la que compartirían las aventuras más emocionantes del mundo.. "mi chica".
Con una sonrisa iluminando su rostro, mirando a la nueva compañera de su vida, él decidió que a partir de ese momento, los recuerdos le "reirían"..
FIN
Para mi ángel colombianito, aunque sé que tú no comías hormigas..
Había llegado hacía poco a este país.. 'primer mundo' lo llaman.. "esto está lleno de burros" pensaba él amargamente. Había pasado de un sitio en que la pobreza y el abandono imperaban para venir aquí.. a un sitio donde lo que imperaba eran los chiflados violentos..
Por un momento esa idea, esa nostalgia le invadió y pensó en abandonar su propósito, se sentaría en algún lugar bien oculto de las miradas de los demás a dejar que sus recuerdos volvieran a invadirle. Siempre le había gustado pensar que sus recuerdos le ''llovían", llovían cuando recordaba el tacto arrugado y áspero de las manos de su abuela, llovían cuando olfateaba esa pastelería que había en el bajo de su casa allá en su tierra.. y de tanto llover acababa inexplicable empapado de arriba abajo y con un picor extraño en la nariz.
¡Pero no era momento de eso! tenía que llevar a cabo su plan, lo tenía todo pensado y bien planificado, llevaba semanas esperando que se alinearan los planetas a su favor y este iba a ser su día.
Cuando ella salió del edificio, le pareció ver a una de esas de los cuentos que le contaba su abuela.. (otra vez pensó que le lloverían los recuerdos). Desechó esos pensamientos para poder mantener la compostura.
La observó de lejos.. hoy estaba sola, su mejor amiga estaba convenientemente resfriada y eso le daba a él la oportunidad perfecta.
Se acercó lentamente, ella era más joven que él, pero eso le daba igual.. Vestía de oscuro, (¿góticos los llaman aquí?) pero eso no le impedía ver lo preciosa que era ella. Sabía que era especial, no por vestir raro (a su forma de pensar), sino porque no era como las demás. Sin dudarlo, lo que más le gustaba de ella..
Contacto visual, (glups, llegó el momento..) él se acercó a ella, la tomó de la mano suavemente y le indicó que la siguiera. Ella le miró con desconfianza, pero como era una chica diferente a todas las demás, le siguió con una pasito de curiosidad y otro de indiferencia..
Caminaron hasta el lugar previsto, todo estaba preparado y dispuesto, había trabajado duro para tenerlo todo listo.. Se agachó en un lugar del descuidado cesped y apartó una serie de hojas que ocultaban la sorpresa a ojos del mundo, y que sólo mostraría para ella..
Dispuesto sobre un mantel improvisado de hojas secas, cuencos fabricados con papel de revista adornos de mesa y dentro de los recipientes, el delicioso manjar.. (que no sabía cómo había podido resultarle repulsivo a las demás...)
Ella, como era una chica diferente a todas las demás, aceptó un cuenco de papel, tomó una hormiga con curiosidad por una pata e imitando a su anfitrión, se la comió..
En ese preciso momento, a sus 5 años de edad, en el recreo de preescolar, él supo que ella era su chica, esa chica especial con la que compartirían las aventuras más emocionantes del mundo.. "mi chica".
Con una sonrisa iluminando su rostro, mirando a la nueva compañera de su vida, él decidió que a partir de ese momento, los recuerdos le "reirían"..
FIN
Para mi ángel colombianito, aunque sé que tú no comías hormigas..